La inecuación del amor por Adolfo Zubiate


Las matemáticas han sido siempre la ciencia con la que que me siento más cómodo porque el resultado es uno solo, y es el mismo resultado para todos.

En las matemáticas más simples la suma de dos partes es simplemente la adición de ambos valores pero, sin embargo, cuando hay amor de por medio 1 + 1 no es 2, ya que, cuando dos personas se aman, la suma de sus valores no es la adición de sus valores. El verdadero amor cataliza los valores individuales y la ecuación 1 + 1 = 2 se convierte en una inecuación en la que el resultado es mayor a 2. Cuanto más rico es el amor más se multiplican los valores individuales. Cuando dos personas se aman, cada una brilla con una luz más intensa, irradian un calor más intenso y eso enriquece la vida, no solo de la pareja sino también la de sus familias, sus amigos, y de la gente con la que trabajan y se relacionan.

Qué hermoso es ver a un pareja amarse y verlos empezar a brillar individualmente con más intensidad. El amor hace aflorar en las personas los verdaderos valores: el respeto mutuo, el respeto a los demás, la iniciativa por hacer cosas valiosas para la sociedad. El amor nos aleja de nuestra condición básica y nos acerca a los valores humanos más altos. El verdadero amor nos hace mirar al cielo para dar gracias a Dios por la gracia de tener a tu pareja. Cuando las personas aman se dan cuenta que su felicidad se consigue disfrutando de la felicidad de su pareja, cuando dos personas se aman empiezan a ser felices no solo por sus logros personales sino que su felicidad es más grande cuanto más feliz es su pareja y ¡oh maravilla! empiezan a ser felices de ver los logros y progreso de los demás. El amor entre dos personas abre las puertas para amar a los demás.   

Cuando uno se enamora se queda maravillado de la belleza de su pareja, admira su alegría, su voz se disfruta por horas, uno se maravilla de la pureza de sus sentimientos y quisiéramos que fuera así por siempre y tenemos la esperanza de que será así por siempre. Déjame decirte que ese amor extraordinario y maravilloso durará por siempre y seguirá creciendo si se cuida, se protege y se alimenta. ¿Quieres que tu pareja siga siendo esa maravilla de la que te enamoraste? no deformes su alma ni cambies la percepción que tiene de ti con infidelidad, agravios y falta de respeto. Haz todo lo que sea necesario para que tu pareja sienta que vale tanto que no hay tentación lo suficiente grande para que seas infiel, muéstrale que toda tu fortaleza es para protegerla y cuidar del amor que comparten. El amor que comparte una pareja se tiene que cuidar para que sea como el amor de Dios y los padres, para que sea esa fuerza que sabes que está contigo y es ese bálsamo que cura las heridas en la vida cotidiana.

¿Se necesita algo más? No lo creo, sin embargo, cuando Dios bendice a una pareja con hijos; un nuevo mundo lleno de alegrías más grandes y felicidad infinita empieza y nos impulsa a agradecer cada dia sin que el trabajo, las privaciones y los sacrificios que demandan criarlos se sientan como una carga.

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