Adaptándote a la vida de casad@

No, no es como irse a la guerra, pero adaptarse a la vida de casad@ tiene sus cosas. Si es que no has vivido con tu novio/a antes de casarte debo decirte que hay un tiempo de adaptación. Una vez que la luna de miel se acabó y llegas a tu casa donde ya no hay nadie que te va a cocinar, lavar, ni limpiar la casa ni nada, son solo tu y tu amor contra todo (por estas pocas líneas creo que ya se dieron cuenta que no es que me encante hacer las tareas de la casa pero no queda otra cosa que hacerlas -_-).

Llegas así de feliz a tu casita
Y terminas el día así
Soy de la idea que las tareas de la casa se deben compartir así que teniendo en cuenta eso y que reconozco que cuando tengo una idea en la cabeza es algo complicado que cambien mi forma de pensar puse algunas "reglas" de cómo se organizaría la casa.

1. Yo no plancho: Ok, no es tanto como que no plancho ni una blusa pero es que planchamos la ropa cuando vamos a usarla. Tengo la convicción de que si plancho la ropa luego de que está seca y la guardo luego, cuando la vamos a usar hay que planchar nuevamente y eso de hacer la misma tarea 2 veces no va conmigo. Un tip adicional, cambien la plancha por un vaporizador :)
Es la tarea de la casa que menos me gusta
2. Nada de dulces en la casa: Adoro a mi suegra y en su casa siempre tiene cosas deliciosas para todos los gustos (varios tipos de galletas, wafers, chocolates entre muchas otras cosas ricas) así que no fue extraño que Sergio quisiera seguir con esta tradición cuando nos casamos pero siendo realistas hacer eso ocasionaría que nos pongamos gorditos (que igual por épocas no podemos evitar) pero tener todas esas tentaciones en casa sería fatal.

Aunque a veces nuestro carrito de compras termina como este :)
3. La limpieza poco a poco: Sergio y yo trabajamos, así que tener que dedicar gran parte de un día de descanso en limpiar la casa, a menos que tengamos visita, no va conmigo así que trato de limpiar la casa de a poquitos. Un día los baños, otro día, la sala , la cocina y así sucesivamente.
Blancanieves, ¿puedes enviar a tus amiguitos del bosque a que nos ayuden?
 Al final terminamos así:



4. ¡Que viva la comida congelada! Siempre tratamos de tener menestras congeladas para esos días en los que no tenemos ganas de cocinar y así salimos del apuro. Otras cosas que nos salvan en esos días de flojera son el tuco, la milanesa de pollo y las hamburguesas.

Así debería de tener siempre mi refri
Puede sonar algo gracioso pero la primera discusión que Sergio y yo tuvimos como casados fue haciendo nuestras primeras compras en el supermercado. Sí, yo quería comprar algo y él lo quería en otra marca. Sergio quería comprar algo y yo le decía que no era necesario. Así que para evitar que te pase esto definan qué van a comprar con una lista y se evitan renegar en algo tan sencillo. ¿Les ha pasado algo así? Compartan sus historias!

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